domingo, 28 de octubre de 2012

Taller intensivo: “"El Tarot como Espejo del Inconsciente”



Este taller esta creado con el fin de enseñar el Tarot de Marsella y la simbología de sus Arcanos Mayores como una herramienta de auto exploración y conocimiento en los procesos inconscientes del ser humano. En este sentido, el Tarot no es utilizado como una herramienta adivinatoria, sino que está orientado a ser una herramienta de carácter terapéutico. El trabajo se encamina desde lo propuesto, principalmente por Alejandro Jodoroswky, Marianne Costa, entre otros, y pretende dar a los participantes los conocimientos básicos para poder comenzar con un estudio profundo del lenguaje simbólico del Tarot y de sí mismo. 


 El taller está dividido en cuatro sesiones, donde se hace referencia a la historia del Tarot de Marsella y a los conceptos básicos que nos guiarán en el estudio, además de aprender diversas tiradas que nos ayudan en el trabajo con el Tarot. Sin embargo, este taller está orientado a generar un aprendizaje desde el compartir la experiencia proyectada que el estudio de los arcanos nos ofrece.

*No se necesita experiencia ni conocimientos previos



-Matrícula y reserva de cupo: $10.000

 -Valor del Taller: $60.000 (facilidades de pago)

- Sesiones: 4 (2 horas cronológicas cada sesión)

-Cupos Limitados

-Mazos disponibles (optativo en caso de que alguien lo necesite): -Tarot Camoin y Jodoroswky $30.000 -Tarot Fournier, edición española: $10.000 -Tarot Fournier, edición chilena $7.000 (Los mazos deben ser encargados y cancelados al momento de la inscripción)


inscripciones y consultas a norambuena_jorge@hotmail.com

viernes, 26 de octubre de 2012

cuando Lacan dice: el momento en que el analista queda reducido al objeto, y "La dirección de la cura", donde habla de "las satisfacciones tan difíciles de romper". Éstas se dan justamente cuando el analista empieza a funcionar en el fantasma y el objeto pulsional se extrae de su presencia.
Menciono aquí el goce obtenido en el análisis mismo. En el dispositivo analítico hay una ambigüedad de la re
lación con el goce; una ambigüedad o, en todo caso, dos aspectos. Hay un goce que está ligado a la asociación libre, el goce ligado a la metonimia, consistente en trasladar al significante: trasladar el dolor, el sufrimiento, el goce al significante.
"Trasladar al significante" quiere decir trasladar al "Uno". Por eso Lacan dice que "el analizante consume goce fálico". Lo consume en la asociación libre y lo percibimos en el nivel clínico, en mayor o menor medida según los sujetos. Hay sujetos que se deleitan notoriamente con su palabra; algunos, no todos. También es sensible en el análisis un goce de la rememoración, que se manifiesta como complacencia, fascinación por los recuerdos, como si, pese a la queja, el sujeto se colmara al volver sobre sus huellas y las amara como a sí mismo.
Esta parte de goce fálico, que sustenta la asociación libre, no es un goce todo, es un goce trasladado al Uno y por lo tanto un goce parcial, fragmentario, que va a la par con el sentimiento de incompletitud, de limitación, e incluso la culpa de no haber dicho más y mejor. Hay un superyó alimentado por la asociación libre, el superyó que dice: "¡Sigue gozando con la aparición de más y más significantes!" Éste es un eje: el goce ligado a la asociación libre. Pero hay otro, que mencioné antes, que no interviene en la relación de los significantes entre sí, sino en la relación con el analista como objeto; que no es el que pasa al significante sino, justamente, el que no pasa y se recupera con la forma del objeto plus de gozar: voz, mirada, pecho, excremento. Por eso Lacan puede decir también que el analista "se hace consumir": es preciso, decía en el Seminario XI, que el analista tenga tetas. El riesgo que eso entraña es que el sujeto quiera quedar aferrado a ellas toda la vida.

Distingamos con claridad el "Uno" del goce fálico, ligado a la asociación libre, y el plus de gozar que está en juego en la relación con el analista. Daré un ejemplo para ilustrar esa presencia silenciosa. Tal sujeto, un hombre que hace un análisis muy prolongado y luego otro que también empieza a ser largo, analizante serio ‑me refiero a que lo es en el trabajo analítico, el trabajo de elaboración, de asociación‑, puede creer durante un tiempo que su análisis marcha magníficamente, es decir que gracias al trabajo que produce, a la transferencia manifiestamente positiva que lo anima ‑casi demasiado positiva‑, obtiene efectos en absoluto desdeñables en el nivel de los síntomas, sobre todo en el plano de su deseo y de las amenazas que pesan sobre éste, que lo habían llevado al análisis.
En consecuencia, lo vemos en apariencia liberado de las impotencias que lo agobiaban en un inicio, en el dominio del amor y el trabajo. Verdaderamente, el esquema freudiano: el análisis restaura, dice Freud, "la capacidad de amar y trabajar". He aquí entonces a ese sujeto que se dice que es hora de irse, terminar, ¿por qué no? E intenta hacerlo. Y ahí, ¡cataplum!, empieza a sospechar que todo ese efecto terapéutico ‑que, sin embargo, se había trasladado a la realidad‑ estaba colgado del lazo con el analista de una manera que aún debe discernir. Efectivamente, al parecer se trataba de lo que podríamos llamar un "falso efecto terapéutico", y con ello me refiero a un efecto terapéutico que sólo se sostiene en la transferencia.

El "El atolondradicho", cuando habla de la fase de salida, de duelo del objeto a, Lacan se refiere a un "efecto terapéutico sustancial", debido al duelo del analista reducido al objeto a, lo cual justifica la expresión "falso efecto terapéutico". Ciertamente, en el caso aludido parece ser claro que se trata de un sujeto que, a mi juicio ‑es una manera gráfica de decirlo‑, ha utilizado la asociación libre para "desfilar por la pasarela" bajo la mirada del analista, como hizo toda su vida, hay que señalarlo, a fin de atraer la mirada procedente de otro objeto. Sujeto que nunca dejó de desfilar por la pasarela, es decir, de actuar, de hacer alarde de su actuación ante la mirada de otro, al cual se superpuso el analista. Y, en el fondo, tal vez pasó todo ese tiempo "consumiendo" mirada.

Aludo a esto para ilustrar lo que Lacan llama "las satisfacciones tan difíciles de romper" y por qué evoca "un duelo del analista reducido al objeto". Esto quiere decir que la re‑petición, escrita en dos palabras como lo hace Lacan en "El atolondradicho" cuando la identifica con lo transfinito de la demanda, llega a su fin con el pase. Cuando Lacan habla del "atravesamiento del fantasma", no se trata sólo del señalamiento de los indicios imaginarios o simbólicos del fantasma; en tanto se pone en acción en el análisis, el atravesamiento del fantasma es también la separación con respecto a ese objeto, lo cual justifica hablar de "duelo".

Texto extraído de "La repetición en la experiencia analítica", Colette Soler, págs. 165/179, editorial Manantial, Buenos Aires, Argentina, 2004.











en: 
http://www.facebook.com/photo.php?fbid=411468598910243&set=a.170722359651536.42806.170715696318869&type=1&ref=nf

jueves, 25 de octubre de 2012

La práctica del Zen es asir la realidad en la acción. La acción es el contacto del sujeto con el objeto, interior con exterior. En el instante presente de la acción donde no entra el pensar y tampoco las percepciones de los sentidos, no entran las discriminaciones. Es un dominio que sólo existe por si mismo, sin filtro, sin cristales de color que tiñen el universo con “lo que pienso” o “lo que siento”. La acción encuentra la realidad sin nombre para definirla, limitarla. Entonces cada mañana practicamos la postura del despertar a la realidad. Cada mañana acabamos con la imagen del mundo que nos hemos construido. No es una destrucción, sólo decimos ‘stop’ a la fabricación de ilusiones, hacemos huelga de creaciones mentales de ilusiones. Nuestra acción se hace la realidad sin adornos. Dejamos pasar los pensamientos, no estamos ni antes ni después, sólo ahora. Practicando Shikantaza aprendemos a asir el universo en una única mirada y en eso poco importa el siglo donde vivimos. Realizar la realidad se encuentra en un grano de arroz que no tiramos negligentemente o en la montaña que se quiebra silenciosamente.
La acción se hace la raíz de nuestra existencia con el espíritu en equilibrio. Este espíritu en equilibrio - sin discriminación- se hace raíz de compasión hacia todas las existencias.
Bárbara Kosen

http://www.facebook.com/photo.php?fbid=549469551745513&set=a.510506922308443.134848.510502865642182&type=1&theater
En el decir uno se anuda a aquello que se cree intenta ser. El silencio no optado pone en aprietos la identidad que los propios decires han ido construyendo en el mismo constructo que el hablante cree ser. 
Quizás de ahí que el silencio se haga por momentos la mejor respuesta o el terreno mas libre para aquel proyecto de ser de un mismo. 

martes, 9 de octubre de 2012

Entre más profundizo en la exploración de la (in)consciencia, más me percato que la profundidad de esta es tal que cualquier método, a no ser que sea aplicado con total disciplina y atención, no nos lleva más allá de donde nuestras propias resistencias y puntos ciegos nos permiten ir.

Por eso el Tarot, si bien es conocido en lo popular como una herramienta puramente adivinatoria y predictiva, lo trabajo con el fin de abrir un espacio donde este sea un puente hacia aspectos inconscientes del consultante, que lo lleven a una introspección más profunda y a darse cuenta, en una primera instancia, de por qué está donde está y no donde pareciera querer estar.

Si bien es inabarcable explicar aquí el mecanismo por el cual para mí el Tarot sigue siendo una herramienta poderosa a la hora de explorar ciertos aspectos del consultante, la experiencia es lo que me permite seguir adelante con este método, que si bien no resuelve los problemas, abre puertas y 
ventanas para adentrar hacia el re-conocimiento de lo que cree el consultante ser y sea el mismo quien se haga responsable por su proceso.

Mas información de sesiones o talleres en mi blog o por interno.

Saludos!

martes, 2 de octubre de 2012

http://pequenaleitura.blogspot.com.br/2012/09/leer-un-sintoma-jacques-alain-miller.html
Es buena señal que no entiendas ni una mierda si estas estudiando [...], lo malo sería que creyeras entender. La intuición será un bonito recuerdo. ¿ahora entiendes a alicia cayendo por el agujero?

-Clauio Fuentes Bravo.....bravo.