"Si tienes un problema y no tiene solución,
¿para qué te preocupas?
Y si tiene solución,
¿para qué te preocupas?"
( Proverbio Chino, sacado de un estado en facebook)
Lo próximo que diré ha sido empujado por la lectura de Zizek, quien abordo este tema en uno de sus escritos[1], y es que hace un tiempo ya que algo viene incomodándome, como un hedor que no me deja tranquilo aunque intente dejar la mente de lado. Y es que veo la proliferación de movimientos espirituales, así como quien pone en el micro ondas un paquete de cabritas de maíz, sin que exista mucha resistencia de parte de la “cultura”(de hecho pareciera haber un apoyo de esta), teniendo en cuenta que una vida más espiritual debería llevarnos a una vida menos consumista, mensos inserta en la cultura, más individualista en el buen sentido del término.
El problema no surge, en lo personal, en el levantamiento de la diferentes gamas de movimientos que buscan la paz interior del ser humano, sino en la poca resistencia que el sistema (manifestado principalmente en los medios masivos de comunicación y el Estado) ha ejercido. Si bien en los últimos tiempos nos hemos visto amenazados de ser coartados de difundir información libremente, la resistencia mediática no ha sido lo que, teniendo en cuenta el carácter subversivo y revolucionario de alguna de las enseñanzas espirituales puedan tener, podríamos esperar. (Así como hace dos mil años el sistema imperante crucifico a un hombre por sus ideas revolucionarias, hoy pareciera ser que el sistema hegemónico alimenta, de manera sutil, el posicionamiento de esta “rebeldía” espiritual)
Pero, ¿por qué no podría ser que simplemente existe un cambio de consciencia que nos está llevando realmente a una búsqueda espiritual, que nos haga ser mejores seres humanos? ¿por qué hacer frente a la simple situación que llegó la alineación planetaria que haría del hombre un ser diferente y más consciente? La duda, la reflexión, me surge cuando es el mercado mismo el que incita al consumo de material espiritual y hace de este movimiento en particular una moda a la cual “sería bueno seguir”. Si es que no hemos sido nosotros mismos, todos tenemos un amigo que ha cambiado radicalmente su forma de ser y que pareciera tener “paz interior”. Lo anterior me parece muy bueno, siempre y cuando esa paz interior no sea una forma sutil de mantenernos alienados al mismo sistema capitalista.
Si pensamos en el movimiento actual, donde la cultura oriental llega a Occidente como pan caliente, es menester pensar cuál es la filosofía a la base de estas culturas (ya sea taoísmo o budismo, principalmente). Lo cardinal de estas es que proponen una visión de la realidad que plantea que esta es una ilusión, por lo que la experiencia de los sujetos no es sino parte del apego a su propio ego (su Yo ilusorio, mental). Esto ha traído como consecuencia la adopción de prácticas orientales tales como meditación, arte marcial, etc., que por lo general son realizadas al finalizar o comenzar el día, para mantener la mente libre y desapegada de la realidad diaria a la que somos expuestos. Toda esta situación podría ser perfecta, hasta que nos preguntamos a quién le sirve que las personas sientan desapego del sufrimiento que puedan sentir, pero que puedan seguir produciendo, conscientes de que la realidad es una ilusión. Es aquí donde aparase lo que probablemente me viene generando ruido. Y es que la cultura capitalista en la que estamos insertos puede usar estas nuevas filosofías orientales como un placebo para mantener a las personas exteriormente unidas pero interiormente “libres”, con la ilusión discursiva de que en la medida en que estén desapegadas de su ego o deseo podrán ser seres más libres, mientras puedan seguir trabajando, obviamente.
Entonces la pregunta ahora debe ser otra: ¿Cuál es mi necesidad de buscar quién soy? ¿Quién es el que busca y para que (y por qué no, para quién)?. Me parece muy importante reflexionar sobre estos puntos ya que sino solo seguiremos siendo títeres de un mercado que aun no tiene intensión de retirarse (aunque haya llegado el 2012 , los niños índigos nazcan por montón, sepamos que existe una “naturaleza interior” que esta mas allá de lo que Yo creo es, etc.). Es muy importante tener claridad de dónde y hacia dónde nos llevan todos estos nuevos conceptos con los que estamos siendo bombardeados y qué es lo que quieren de nosotros. De no ser así, tendremos lamentablemente una próxima generación de personas “espiritualmente realizadas” trabajando en la bolsa, tomado Coca-Cola y paseando con sus hijos en algún mall con olor a incienso de la india, convencidas de que mientras se mantenga la paz interior podemos seguir funcionando en la “Ilusión”.
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