Quizás, si pensamos un "te extraño" como un "ME extraño" (es decir: "una parte de mi extraña aquello tuyo que ya esta en mi, porque si lo veo es porque lo reconozco de algún lugar anterior") podríamos aprovechar nuestras relaciones, de amistad o pareja, como un espejo de nuestro interior y no como un mero relleno de aquello que creemos nos hace falta.
La pareja en si es un complemento, pero también es un espejo que refleja nuestra falta para poder llenarla con nosotros mismos y no depender del otro para sentirnos plenos y en equilibrio.
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