A veces me encantaría tener unos 50 años.
50 años leídos, un café en la mano y el placer del conocimiento.
A veces me encantaría tener 12 nuevamente,
la energía y la mezcla perfecta entre la rebeldía, excitación y el desconocimiento.
A veces quisiera tener 5 años y darme el lujo de no ir al jardín,
quedarme viendo el matinal y levantarme a crear un mundo con hotweels.
A veces quisiera estar cerca de la muerte, para acordarme que ella existe.
Pero a veces, a veces muchas, recuerdo que tengo la edad que tengo,
que los errores, la confusión, la duda, el miedo son los necesarios y que aun que a veces las extraño, disfruto despertar sin muchas certezas, tal vez tan solo las necesarias, y sentir como la planta del pie se amolda al suelo a cada paso que voy dando.
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