Casi nada dura para toda la vida, de hecho casi nada dura todo un dia. Es mas, casi nada dura si quiera un momento, a excepción de las idas. Todo lo demás es un momento, pero no dura un momento.
Y no importa la idea que sea (podria ser que somos todos una escoria destinados al fastidio o que somos todos seres de luz destinados al retorno al edén, entre las necesarias), basta con que sea una idea para que ésta obture el irremediable presente, su movimiento y su inatrapabilidad.
Tal es el vació, momento a momento, que las ideas solo son un taponeo a ese agujero que nos enfrenta a lo real.
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