domingo, 26 de agosto de 2012

Sabia que no podía llevarlo, aunque igual lo llevaría. Nada me lo impedía, por eso lo haría. Seguro, confiado...qué podría pasar. Pero en algún punto algo vi y en aquel lugar lo olvidé, o mejor dicho, lo dejé. Como si el olvido, como si el efecto no fuera producto de un acto ya antes elaborado. Acción y reacción...eso es todo. Por eso no puedo decir que lo olvidé, sino que lo dejé, para ahorrarle ese impasse.

No te voy a mentir...aun que no lo sabía, siempre supe por que hacía lo que hacía.

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