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"El camino no es como una autopista; el Camino es como un pajaro que vuela en el viento sin dejar huella tras de sí" Osho
En el impulso creador, que no tiene fin más que el crecer y evolucionar, debemos volvernos, con esa misma energía, hacia lo más profundo de nuestro ser. Es ahí donde nos encontramos con nuestros demonios, nuestras sombras, que nos darán la energía necesaria de transformación y crecimiento.
Para iluminar una pieza no debemos iluminar las ampolletas encendidas, sino aquellos rincones donde le luz aun no ha llegado.
Platón dijo que éramos animales que hablábamos, pero prefiero quedarme con lo que dice Hugo Mujica, proponiendo que somos animales de escucha. Porque cuando de verdad oímos, el mundo pasa libre atreves nuestro y podemos realmente experimentar la vida. No aquella vida que Yo creo cuando nombro la "cosa"-esa montaña, el árbol, la toalla-sino esa vida que no ha sido pensada. Incluso la mente desaparece, puesto que la mente deja ser necesaria para nombrar el mundo.
De la poesía a la meditación hay un paso cuando el poeta no le habla a la “cosa”, sino que la “cosa” le habla al poeta y atreves del poeta habla la “cosa”. Para eso es necesario, sin embargo, un estado de vacío, para que así la “cosa” se experimente a través de mi consciencia (la consciencia del poeta) y no sea Yo quien la experimente, porque incluso ahí no soy Yo quien la experimenta, sino la cultura y la familia que construYo ese Yo.
Entonces he aquí el sacrificio simbólico de Jesús, dejarse morir, aceptar la muerte del Yo para regresar al Padre de los cielos, regresar a Dios. Detener el nombramiento de las cosas y dejar que las cosas se nombren y se experimenten a sí mismas a atreves de mi. Subyugar el ego de Yo Soy y dar paso a la experiencia del vacío, del todo sin nombre.
Es así como el pintor no es el que pinta el objeto, sino que es el objeto quien se pinta a través de las manos del pintor absorto en su silencio. Así también como el poeta meditativo deja su ser a merced de las corrientes de la vida, para que esta se exprese atreves de él, con las herramientas que él, alguna vez, habrá cultivado.
En oriente esto es una forma de vida de la tradición Zen, en su meditación (Zazen) y poesía (Haiku), usando el lenguaje solo como un puente (siempre imperfecto) entre la vida y el ser humano racional.
¿Pero sigue siendo el Ser Humano ajeno aun a la realidad, solo siendo un medio para…? Pues no, pero no todos logramos realmente hacerlo. Retomando nuevamente las palabras de Mujica, no es la palabra lo que nos expresa, porque no es lo constituyente del ser humano, sino que nos fue dado, sino que el silencio, y del silencio nada se puede decir, sino solo escuchar. Entontes el mayor regalo que podemos darnos no es usar el lenguaje para iluminar nuestros egos, sino que usar la escucha para conocernos en cada segundo, antes que la palabra misma aparezca.
Por lo tanto, ¿qué es sentarse a meditar? .Es sentarse a escuchar, a escucharnos, a escucharme, a que la vida me atraviese y me experimente y poder experimentarla como ella se manifiesta a mi pequeño Yo. Es, por último, sentarse un momento al lado de la vida y reconocernos como la misma cosa.
El Tarot esta basado en diez niveles numerológicos, los cuales forman una especie de rueda o ciclo dinámico. En cualquier momento de mi vida, puedo reconocer que mis acciones, mi intelecto, mi vida cotidiana, mi creatividad, mis afectos, etc, se encuentran en uno o en otro nivel de la numerologia tarologica.
Por ejemplo, si estoy esperando la respuesta del banco para un préstamo de dinero con intención de comprarme un piso, estoy en el nivel 2 del plano material (espera, acumulacion, detencion). Si estoy deseando fuertemente acostarme con el marido de mi vecina, aunque mi propia pareja sea muy estable, estoy en un nivel 5 (tentación, nueva visión, nuevo ideal). Estos niveles como tales no son ni buenos, ni malos, solo pueden encontrarse estancados (con una tendencia a regresar al nivel anterior) o fluidos (con capacidad de moverse hacia el nivel siguiente). Para retomar los dos ejemplos, es posible que el banquero me diga “en este momento usted no puede pedir prestada tal cantidad de dinero, pero vuelva a intentarlo en seis meses más”. En este caso, el 2 se estanca, tiendo a volver al nivel 1 (potencial para desarrollar), a menos que decida dejar mi banco para ir a ver otros organismos de prestamo (nivel 3: estallido, creatividad, pero sin meta segura todavía). De la misma manera, el nivel 5, donde deseo al vecino Pepe, puede estancarse para siempre, lo cual produce una regresion al 4 (vuelvo a mi seguridad emocional/sexual, pero quizás empiezo a considerar a mi marido como un dictador, o un padre impositivo) o puede fluir al 6 (amor, placer, hacer lo que te gusta, salir del encierro). Lo cual no significa necesariamente que me acuesto con Pepe. Si Pepe no me desea o no se atreve a engañar su mujer, o si decido resistir a mi impulso sexual, puedo sin embargo considerar mi deseo como una señal que mi creatividad o mi líbido necesita expresarse, y por fin ir a tomar un curso de baile, pintar, cantar, o comprar ropa interior y un billete de avión para Acapulco, y vivir otra luna de miel con mi esposo.
Vemos, entonces, que la numerología del Tarot puede servir para describir y entender mejor la dinámica de nuestra vida personal. Pero ¿cuál es la energia subyacente que nos hace salir del estancamiento y fluir junto con la numerología evolutiva? Los obstáculos exteriores (lo que decide mi banquero, lo que desea Pepe) no son la llave. La llave es la Conciencia, es decir la parte impersonal de nosotros mismos que, si la dejamos actuar a un nivel siempre mas alto, nos brinda soluciones creativas y embebidas de amor incondicional y de felicidad vital.
La numerología tarológica se aplica también a los niveles de Conciencia. En este caso, no son cíclicos sino lineales, y describen una ascención hacia el Dios interior.
Podemos describirlos rapidamente así:
-1) Nivel animal: sobrevivir
-2) Nivel infantil: recibir, jugar, consumir
-3) Nivel adolescente: desafiar al amor y a la muerte, identificarse a un clan fuera de la familia, imitar a los amigos
-4) Adulto egoísta: construir y asegurar la seguridad para uno mismo
-5) Adulto altruista: convivir con los demás, pero en una forma jerárquica
-6) Adulto transpersonal: nada para mí que no sea para los demás (los personajes del VI y del XVI son todos del mismo tamaño)
-7) Adulto planetario: el planeta y yo estamos absolutamente unidos, vivo segun esta conciencia, sin dañar ni derrochar nada.
-8) Conciencia solar: me salgo del planeta para hacerme consciente del sistema solar. Como la Luna, puedo reflejar la luz del Sol. Toda la historia de la humanidad es mi historia.
-9) Consciencia cósmica: si me ilumino (como el sol, que es pura luz) tambien me doy cuenta que soy una estrella entre miles y millones de estrellas. Fuera del tiempo y del espacio, vivo en la inmensidad del cosmos.
-10) Conciencia angelical: mas allá de la rueda del karma (X), como los ángeles que ven directamente a Dios (XX), me uno a la felicidad divina.
Hace dos dias, descubri que la santa indiana Ma Ananda Mayi describía aquello que ella llamaba “la ascensión del adorador” también en diez etapas. Interesante… Para ella, la primera etapa es “una atracción hacia Dios”. La segunda: “el alma está impaciente por acercarse a El”. Tercera: “uno siente el deseo de realizarlo fácil y rápidamente” (¡impaciencia adolescente!). Cuatro: “uno lo busca a traves de los artificios del Yoga” (la base material estable, corporal, que se encuentra el el nivel 4). Después (5) “el espiritu tiene sed de elevarse más alto en la contemplación divina” (interesante para nosotros: la contemplación es la “vista” del Papa y los ojos del Diablo…). Ma Ananda Mayi describe los niveles 6 y 7 así: “un amor (6) desbordante donde se vierten lágrimas, que nos conduce (7) a nadar poco a poco en la Beatitud divina.” En la etapa 8 “el pensamiento constante del Amado reina supremo en nosotros” (como la luz del Sol que llena la superficie de la Luna) y en la 9 “el alma llega a olvidar el Yo individual” (identificandose a la luz). Por fin (10) “viene la realización del Yo, que es la salvación” (el Yo como Ser esencial todavia encarnado en la realidad humana).
Tenemos diez dedos en las manos y diez en los pies. Como seres humanos, estamos estructurados para pensar la totalidad como unión o graduación de diez elementos, pero también sabemos que la suma de estos elementos no es el Todo. De la misma forma que la numerología esta enmarcada en una Totalidad figurada por la pareja Mat-Mundo, estos diez niveles de Conciencia anidan en la impensable mano de la Divinidad.
http://www.facebook.com/notes/marianne-costa/tarot-y-extasis/10150360058270775
Estos últimos días, y gracias a muchas charlas, he reflexionado y comprendido que un bebe es la puerta más cercana que tenemos los seres humanos de conexión con nuestro aspecto espiritual. Su ser recién está entrando en este planeta y pareciera ser que nos llama tanto la atención porque conecta una parte de nosotros con esa unidad divina que de adultos recordamos con nostalgia existencial. Es por esto que los sufíes decían que el olor de los bebes es tan cautivante, porque por venir de Dios, es lo más cerca que conocemos el olor de Dios.
Desde esta perspectiva podríamos pensar que un bebe es algo similar a lo que también conocemos como un maestro espiritual, sin embargo, pareciera ser que están en la misma línea, pero en otra dimensión.
Los relatos que hemos escuchado de personas que han estado con verdaderos maestros espirituales, es que ellos con su sola presencia llenan los espacios que ocupan y pueden ejercer una fuerte influencia de las personas que están cerca (muy similar a lo que nos ocurre cuando estamos en cercanía con un bebe), sin embargo, el maestro espiritual ha trabajado sobre su ser y ahora es consciente de su estado de divinidad y es un portal auto consciente del Cosmos (como diría Ken Wilber). Sin embargo podemos ver que ambos son una puerta a una dimensión que, en la mediana edad del ser humano, hemos olvidad, y que es nuestra conexión con la divinidad.
No estoy hablando aquí de un Dios religioso, sino un espíritu que trasciende nuestra existencia y que pareciera ser el comienzo y el principio de todas las cosas. Algo que en realidad aun no podemos explicar del todo pero que algunos podemos decir que sentimos (sin que se nos pueda tildar de esquizofrénicos paranoicos).
Lo que intento expresar con el dibujo (realizado en un momento de inspiración en una charla de Gonzalo Pérez, psicólogo y astrologo chileno) es que en nuestras vidas, en el centro en el cual nos encontramos, estamos tan sumidos en nuestra neurosis que nos alejamos de experiencias sublimes, por sentirnos y creer que somos el Yo que experimenta la vida. Soy consciente de que no escribo tratando de proponer un tratado científico y solo escribo desde el corazón, pero es porque creo que, si bien no todos al parecer estamos llamados a buscar respuestas a preguntas existencialistas, existe la posibilidad de disolvernos en la consciencia y poder sentir aquella anhelada Unidad. Poder volver al jardín del Edén, y reconocernos como hombres y mujeres hechos a imagen y semejanza de Dios.
Si los bebes y los maestros espirituales pueden transformarnos de maneras tan poderosas, con a veces algo tan simple como la mirada o una palabra, es probable (más que posible) que con un poco de trabajo y disciplina, podamos tener un mejor vivir en esta dimensión que conocemos como vida. Liberarnos de nuestra creencia de dualidad y separabilidad, aceptar que lo único permanente es lo impermantente, y que el sufrimiento acaba cuando comprendemos el desap-Ego. Es quizás un llamado que no queremos oír por miedo a hacer el ridículo o miedo a los cambios, pero para ser maestros debemos ser inocentes y simples, como el maestro Jesús nos dijo: “Les aseguro que si no hacen como niños no entraran en el reino de los cielos”, recordando también que ser inocentes no es ser infantiles, como nuestras sociedades y gobernantes están siendo, sino ser simples, como el rio, como el Tao, como la vida que fluye, como el agua que está en la cumbre de la cordillera, pasando por su caudal y desembocando en el mar…todo en un mismo presente.
Todo está conectado, nada pasa por nada, somos distintaspartes de lo mismo...somos Uno.
Namaste.