miércoles, 13 de julio de 2011

Poesia y Oracion

Si no encuentras a tu espíritu,
busca a tu belleza.
Si no te encuentras en la oración,
encuéntrate en la poesía

Lo sublime del ser humano no se encuentra tanto en lo que conoce o conocerá y tiene a la vista, sino en poder adentrarse en aquel espacio transpersonal del cual es inconsciente. Las tradiciones espirituales nos han mostrado diversos caminos que siguen siendo utopías para la mayoría de las personas. Pero sin darnos cuenta, los poetas también nos han mostrado las puertas del mar del inconsciente y han usado el lenguaje como puente entre el yo y el todo, entre la realidad y la esencia misma de las cosas, terminando con la dualidad que acostumbramos a experimentar.

Da una hora de meditación a un monje, y una buena botella de vino de vino a un poeta, y es probable que ambos usen el lenguaje para bañar de miel las páginas de un libro, para expresarnos que dentro de cada organismo reside una chispa de vida que nada tiene que ver con los mitos que nuestros padres nos cuentan, la chispa divina que podemos llamar Dios.

Aun así, para nuestra sociedad ambos siguen siendo arquetipo de locos y trastornados que están fuera de la normalidad, y en la medida en que no produzcan deben ser reinsertados en el sistema. ¿Pero de donde han sacado que nacimos para generar y negociar toda nuestra vida?

La poesía y la oración, como sublimes manjares del espíritu, son como faroles a nuestras consciencias adiestradas para emprender el viaje de vuelta a casa. Mientras hayan monjes, mientras hayan poetas, aun tenemos esperanza de seguir llamándonos Seres Humanos.

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